lunes, 9 de marzo de 2015

La pregunta

Voy al jardín buscando sosiego
luego de haber narrado a mi hija
las heridas de un país que no me vio nacer
y de haber sostenido su dolor
y haber oído su pregunta
                   por qué, por qué
sabiendo las dos
que mis respuestas explican lo evidente
pero no lo obvio, que es
inasible.
Bebo de mi vino y miro el jardín en la noche
sabiendo que por mucho que abra los ojos
la negrura que me azota en el sueño procede de otros
confines.
El cielo, las estrellas, nada tiene sentido

el arrullo de un pájaro se alza:
                                 es primavera
la vida pronto se abrirá paso a torrentes sobre la tierra.
Quizás la respuesta es el ciclo: fin y principio y fin y principio.
Un sorbo más: sé que no es tan sencillo.
Pero mi sangre pulsa bajo la dermis. Una confirmación.

No responde la pregunta, pero cómo alivia.  

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