sábado, 14 de febrero de 2015

santas catástrofes!*



el pequeño ángel con alas de codeína vino a mí

canta canta, dijo, mordiendo la parte blanda de mi ingle, alto más alto, dijo

yo grité y trepé las notas agudas y sé que dije obscenidades al

angelito mordedor que sorbía mi linfa con los dientes hincados

la carne es pasajera, dijo limpiándose la comisura derecha, ha de ser sacrificada cada tanto

para quién, por qué, quise preguntar pero la maratón de grito y linfa y tarascones me había

agotado

puto tu sexo angelical, llegué a escupirle mientras batía sus


alitas de codeína, alejándose de mí

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